martes, 27 de enero de 2009

SOBRE EL FINAL...


Atlanta superó en Caseros a Estudiantes por 2 a 0 en un partido correspondiente a la 23º fecha del Campeonato. Los goles fueron señalados por Santiago Bianchi de penal (42´ST) y por Lucas Ferreiro (45´ST). A pesar del triunfo, el conjunto de Agüero no jugó bien y recién pudo conseguir la victoria sobre el final del encuentro. El próximo partido Atlanta recibirá a Talleres de Remedios de Escalada en Platense, el domingo 1º de Febrero a las 17.30.

viernes, 23 de enero de 2009

CARLOS GRIGUOL, Por Enrique Martín


Todavía lo vemos surgir del túnel como un faraón iniciando la fila. Pelota en mano, paso demorado, vista al frente. El chueco de “diez y diez”, ya sin el bigote fino que trajo de Córdoba en el 57, es caudillo hasta cuando posa en la foto mirando distraído al Negro Clariá, quien tuvo que obedecer e irse a barrer la cueva cuando el 5 de todos los tiempos alquiló la media cancha para redondear nueve inolvidables temporadas en primera, incluídas tres de las cuatro mejores campañas de Atlanta en toda su historia: 1958, con la Copa Suecia de yapa; 61 y 64.

CARLOS TIMOTEO GRIGUOL fue el símbolo, el estandarte, la bandera y el escudo de aquellos equipos que no bajaban del quinto puesto, que se comían crudos a los grandes, y a los chicos, con la camiseta. Cansino, casi al tranquito, el patrón mandaba a los propios y asustaba a los ajenos. Era el más serio en el campo y el más jodón en la vieja pensión de la calle Heredia y en los entrenamientos; el que le discutía los premios a Don León, una aventura sólo reservada para magos mayores como él.

El que transpiró a morir la rayada oro y azul durante interminables 235 partidos, hasta que hizo las valijas en el 66, se fue a Rosario y dejó en su lugar al aprendiz que pronto le imitaría todo el repertorio: Perico Raimondo, otro negoción para el club, por parte de aquellos dirigentes (Slipak, etc.) capaces de montar una liebre al trote.

Tenía cabello el cordobés en ese tiempo y también todas las mañas absorbidas en los potreros de su Las Palmas natal. Era un guapo sin gritar, un persuasivo. Sólo una vez perdió la flema y la tonada. Fue en Villa Crespo y contra River, cuando lo embocó al Chiche Diz con un cross de derecha de academia y se fue a las duchas despacito, cabeza gacha y las tribunas ardiendo. Acaso resultó la revancha de aquella fenomenal piña que se comió su primo Mario en la Bombonera, la tarde en que el brasileño Dino Sani le bajó media dentadura, harto del toqueteo insoportable del cuadrazo de los claveles rojos, con la batuta de Zubeldía, el hielo del Flaco Errea, los goles de Artime, la clase de Gonzalito y los cojones de Griguol, todo por el mismo precio, hasta arrugarse las manos de tanto aplaudir.

Se extraña a los caudillos, quizás porque es la raza más rara entre los futbolistas. Y más cuando uno sabe que Timoteo dejó el corazón en Atlanta, y que cada tanto regresa para ver si todavía está clavado en un ángulo del arco de Muñecas, el zapatazo de volea que fulminó a Toledo, un arquero de Racing que miró pasar en el aire, el mejor gol del cordobés en toda su carrera.

Una carrera que continuó detrás de la raya, donde el fantasma del centrojás (minga de volante central) aun sigue sumando laureles (a nosotros ¡que paradoja! nos sopló el título del 73), sigue coleccionando videos y también hijas mujeres; desparramando sabiduría y evocando a los amigos que se fueron (Najnudel, Huguito Zorzoli), en cualquier sobremesa de Gurruchaga y Loyola.

Sí. Un día va a volver, con la gorra y el librito, para intentar corregir lo inexplicable: el tremendo disparate de no haber sido jamás el técnico de Atlanta.

CAMPAÑA "TU NOMBRE EN LA PLATEA"


La peña Vamos por Atlanta, junto con otras agrupaciones, colaboradores y el apoyo y supervisión de la Comisión Directiva , lanzan la campaña “Tu nombre en la platea” para recaudar fondos antes de la inauguración del estadio.

A diferencia de otras oportunidades en donde se colocaron azulejos o placas, esta vez se colocará el nombre a cada aportante en una butaca de la platea, tanto en la baja como en la alta.

El valor es de $50 y tendrá validez hasta la finalización del mandato de la actual Comisión Directiva.

La venta se hará todos los días en la Administración del Club, donde se desarrollan las obras bajo la supervisión de Gabriel Greco, vicepresidente 2º de la institución.

Todas las ventas se harán a cambio de recibo oficial del club impresos para esta campaña, donde constará nombre, sector y número de asiento. Es importante destacar que el nombre en la butaca no da derecho exclusivo de utilización en días de partido.

La cantidad de butacas a la venta es de 4.000 y todo lo recaudado será destinado a terminar los arreglos en el sector de cabinas de transmisiones, vestuarios, compra de tractor para el campo de juego y demás obras para terminar nuestro estadio lo antes posible.



Está disponible un servicio de cobradores para aquellos interesados que por diversos motivos no puedan acercarse al club además de una cuenta bancaria para hacer el depósito. Para más información pueden comunicarse a los teléfonos 154-993-7164 / 154-496-7713.

miércoles, 14 de enero de 2009

Volvió Llinás y entrenó con el plantel


El arquero Rodrigo Llinás arregló de palabra su contrato con la institución el lunes por la noche y el martes por la mañana comenzó a trabajar con el plantel profesional del Club Atlético Atlanta.

De esta manera y luego de seis meses, regresa al club el arquero que posee el récord de valla invicta en el arco bohemio acumulando 667 minutos sin recibir goles.

Con respecto al plantel, continúan los trabajos más fuertes de la pretemporada en el predio de SETIA. El martes se trabajó en doble turno, tanto en la parte física como en lo táctico. El miércoles, el entrenamiento será matutino, luego tendrán el resto del día libre y volverán al predio el jueves por la mañana.

Informamos que el sábado 17 por la mañana, el primer equipo realizará un amistoso ante Villa San Carlos en Estancia Chica. En un principio, el rival iba a ser el Selectivo de Primera C en el predio de la AFA , pero fue suspendido debido a que están resembrando las canchas en el lugar. El amistoso del martes 20, ante Estudiantes en City Bell, se mantiene firme.

En cuanto a los lesionados, Diego Cisterna comenzó a hacer trabajos con pelota y su evolución de la tendinitis en la rodilla izquierda es favorable. Agustín Celín, quien arrastraba una sobrecarga en los aductores, entrena con normalidad y en doble turno y Eloy Colombano sigue trabajando diferenciado para recuperar masa muscular en el cuadriceps de su pierna derecha.

viernes, 9 de enero de 2009

Héctor Candau, Por Enrique Martín


Fue una de las últimas alhajas surgidas en aquel tesoro de riqueza inagotable con forma de campo auxiliar; esa caja mágica que un trágico día dejó paso a seis canchas de tenis sin alma, ajenas por completo a la historia y a la sangre futbolera de Atlanta. Una joya de la casa, un junco de patas largas con poca pinta de puntero izquierdo, que sin embargo fascinó a los habitués de las inferiores desde sus palotes iniciales, con su indescifrable gambeta en zigzag, su arranque y su freno demoledores, esa zurda más fina que pincel de fileteador, su terca decisión para encarar siempre. Desde el debut oficial junto al Tanito Onnis, con el corazón en el cuello del Metro 71, a dos fechas del descenso, cuando finalmente salvamos la ropa y desvestimos a Los Andes.

Ahí comenzó el noviazgo con la tribuna, el idilio con la raya de cal, el odio de una parva de triturados marcadores laterales y de algún central enloquecido como el cordobés Nicolau, que se fue a bañar sequito por aquel terrible patadón contra el 11, que inauguró una festejada victoria bohemia sobre Boca en Villa Crespo ¿ Cómo que no sabe de quién estamos hablando? Sí, es cierto que en su puesto tuvimos un increíble goleador como el petiso Martino; que adoptamos de un saque a Puchero Domínguez, y que nos enamoramos a primera vista de un Carone que pasó demasiado rápido. Todo lo sabemos. Pero el once, para la quiniela y para los de Atlanta, el once siempre será PALITO. Arriba, por demolición: Héctor Rubén Candau, o CANDÓ, o mejor dicho CandAU, porque su sangre es gallega y no francesa.

Pero eso es lo de menos, a la hora de evocar al trío dorado que conformó con Cano y Voglino en la impresionante campaña del Nacional 73, y a pesar de la mano negra y de los dos innombrables que arrebataron un título máximo nunca tan merecido. Esa fue la apoteosis de Palito, la consagración sin el premio en sus bolsillos, el reconocimiento general para una habilidad de orfebre, una precisión de relojero, un arte positivo desplegado en 179 partidos de primera, con 40 goles, casi todos para el marco, aunque UNO, sencillamente de leyenda, en el Metro 77. Ese que motivó al titulero de Crónica para escribirle a la memoria del futuro: “Yo ví el gol de Palito Candau”, tras la genialidad del Flaco, que sacudió la red de Racing en Avellaneda con una impecable comba desde la línea de fondo, para clavar en el segundo ángulo, sobre los brazos del arquero y por encima de cinco cabezas, acaso la definición más espectacular que pueda recordar un hincha que pasa los 50.

De aquella inolvidable banda de Pipo Rossi, Candau fue el último en emigrar. Aguantó hasta el final del ciclo, llegó a jugar desgarrado y soportó millones de planchazos que nunca lo achicaron. Porque siempre fue grande, hasta cuando su inconfundible barbita volvió en el 80 para empujar el desconocido carro del ascenso sin que se le cayera ningún anillo, deslumbrante, como en aquel viejo tesoro de la cancha auxiliar.